Un espectacular circuito por tierras propiedad de la comunidad mapuche Curruhuinca, que permite visitar una de los mejores balnearios de la región, conocer el bosque de roble pellín y disfrutar de espectaculares vistas panorámicas de la Villa Quila Quina
Duración: Medio día
Distancia: 18 kms
Habilitado en: Verano, Otoño, Invierno, Primavera
Paseo con posibilidades de accesibilidad: Servicios en playa: confitería snack bar y Baños accesibles.En la puntilla usted encontrará señalizado un sendero con poca pendiente para que puedan acceder sillas de rueda y cochecitos de bebé. En esta zona se cuenta con un sanitario adaptado.
18 km - 700Paraje Quila Quina
26 km - 700Lago Escondido
La Villa Quila Quina se ubica a tan solo 18 kilómetros de la ciudad, sobre la margen sur del lago Lácar. Se trata de un conjunto de casas residenciales que tienen su origen en el loteo que la Administración de Parques Nacionales llevara a cabo en el año 1942 de las tierras que, apenas cinco años, expropiara a los pobladores originarios (mapuches) con motivo de la creación del Parque Nacional Lanín.
De esta manera, y mientras Usted sigue tratando de entender qué sucedió (encontrará ayuda al respecto en Historia ) desde el punto de vista turístico es nuestra obligación insistirle que no deje de visitarla.
El circuito comienza tomando la ruta nacional 40 ex 234 (Ruta de los Siete Lagos) para, luego de cinco kilómetros disfrutando de las vistas del lago Lácar, encontrar a la derecha la entrada al balneario Catritre (una extensa bahía con playas de arena, un camping organizado, un camping agreste, restaurante y área de picnic) y un kilómetro más adelante, también a la derecha, el desvío que conduce a Quila Quina.
El camino, de ripio consolidado, sinuoso y de montaña, asciende desde los 640 metros sobre el nivel del mar hasta los 900 metros, mientras el bosque de robles domina la escena y empiezan a aparecer las primeras casas de los pobladores, con sus cercos de palos, corrales con chivos y ovejas, huertas y el humo de las cocinas económicas escapando por las chimeneas.
Es importante tener extrema precaución al volante ya que en buena parte el trayecto se angosta demasiado.
Espléndidas vistas del cordón montañoso y el lago extendiéndose allí abajo lo acompañarán en el descenso. Encontrará dos miradores naturales en los cuales podrá estacionar y maravillarse ante la vista panorámica de la Villa, sus playas, el muelle con las lanchas, el arroyo Grande y el graznido de las bandurrias cruzando el cielo. Aproveche para descansar del volante, camine un poco y elija alguna de las artesanías en madera que los niños (ellos mismos las hacen) le ofrecen en el puesto ubicado a la vera del camino.
Antes de ingresar a la Villa propiamente dicha, a mano izquierda verá un estacionamiento y el ingreso a la cascada del Arroyo Grande, distante a unos 500 metros por un sendero de fácil tránsito peatonal. Ubicada en tierras de la comunidad mapuche, los guías lo acompañarán a conocerla, ofreciéndole también productos elaborados por ellos en lana y madera, dulces caseros y otras artesanías.
Apenas continúe la marcha encontrará cartelera informativa de los servicios del lugar (camping organizado con restaurante, camping agreste, área recreativa diurna, y el muelle con confitería, servicios sanitarios y alquiler de actividades náuticas). Quila Quina es una península, y el camino vehicular permite recorrerla en apenas tres kilómetros. Si no tiene impedimento físico, caminar es la mejor forma de disfrutarla a pleno, por lo que nos atrevemos a sugerirle dejar el auto estacionado en el muelle y lanzarse a la aventura.
De espaldas al lago, tome a la derecha. Primero podrá descansar en el mirador del cerro Abanico; un cartel explicativo le permitirá comprender la formación de este particular macizo rocoso y aspectos relacionados a la geología local.
La escuelita rural de la comunidad mapuche (ciclo lectivo setiembre/mayo), playa La Puntilla, retamas y robles, lo acompañarán hasta la entrada al sendero natural El Cipresal (media hora de recorrido, 400 metros de distancia) dónde conocerá la importancia de una de las tres coníferas del parque nacional Lanín.
Al final, verá el puente sobre el arroyo Grande y el camino que lleva hacia las áreas de acampe y el resto de las casas de los pobladores (considérelo una etapa “extra” que implica una hora de caminata, consulte en los campings cómo llegar).
Si lo prefiere, inicie desde allí el regreso tomando a la izquierda. Durante el recorrido verá algunas de las casas residenciales características de la urbanización de la Villa, la seccional del guardaparque, y una extensa alameda que bordea el camino, para llegar nuevamente al lago luego de aproximadamente 700 metros.
Aproveche para recuperar aliento hurgando entre las artesanías de los puestos ubicados en el muelle, dónde encontrará –además de las clásicas cucharas en madera- originales productos como frutos secos para infusión, platería y hasta cuchillos encabados en astas de ciervo totalmente artesanales.
Puede olvidarse del mundo sentado en la arena de la extensa playa, y luego de un chapuzón en las aguas del balneario visitar la fuente de agua mineral carbonatada naturalmente, un interesante fenómeno geológico que se complementa con nuevas panorámicas de la villa y el lago.
San Martín 836 2A (Centro) (02972) 427550
Cnel. Díaz 751 (Centro) (02972) 428876
Villegas 698 Loc. 5 y 10 (Centro) (02972) 425140 | 429570
San Martín 437 - Loc. 3 (Centro) (02972) 425808 | (02944) 15618875
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