Enormes masas de hielo descienden de la cordillera arrastrando todo a su paso. La región y los lagos empiezan a tomar forma?

Está Usted parado en el mirador Bandurrias, un verdadero balcón sobre el lago Lácar, que además de mostrarle toda su magnificencia permite imaginar el paso de los glaciares que dieron fisonomía al paisaje circundante.

Trate de imaginarlos. Viajando desde el oeste (allí donde puede usted ver las montañas, en la parte derecha del mirador) las enormes placas de hielo comenzaron a descender arrastrando, cual topadoras antidiluvianas, todo lo que encontraban a su paso.

Su incontenible avance dibujó el escenario para lo que vendría después, cavando enormes surcos en el suelo y desparramando tierra y rocas hacia los costados (conocidos como morenas laterales). Al derretirse, Las aguas encontraron su cauce natural llenando los grandes pozos que quedaron por detrás, formando así los espejos de agua de la región. Es por ello que se denominan lagos de origen glaciario.

El silencioso trabajo de la Naturaleza continuó, y lentamente los nuevos suelos del frente y los costados comenzaron a crecer y albergar pequeñas semillas que ?millones de años después- darían vida al bosque actual.

A la izquierda del mirador verá la ciudad de San Martín de los Andes. Se asienta sobre un extenso valle fertilizado por el aporte de la materia orgánica que arrastraran los glaciares a su paso, y moldeado por sucesivos agentes erosivos.

Dibuje en su mente, de derecha a izquierda, una imagen de 360º, e imagine a la fabulosa masa de hielo desplazándose lentamente hacia el este, arrasando todo en su lucha por crear un paisaje nuevo. Cierre los ojos, ábralos para ver el producto terminado, y disfrute del privilegio de ser testigo de un proceso natural impresionante.